Hataraku Saibou (Cells at Work) - Reseña
Esta es su sinópsis
El cuerpo humano contiene, aproximadamente, 60 millones de células. Glóbulos blancos y rojos, trombocitos, macrófagos, neuronas o linfocitos, entre otras muchas más, conviven y colaboran juntas sin descanso para resistir el ataque de gérmenes y virus. En esta historia, las células toman forma humana para contarnos las complicaciones de mantener el cuerpo humano.
Hataraku Saibou es un anime episódico de capítulos autoconclusivos en el que las células del cuerpo humano deberán resolver distintos problemas relacionados al mismo, ya sea encargarse de eliminar virus y bacterias, hacer todo lo posible por curar enfermedades, o simplemente cumplir con sus funciones naturales. Este es un anime que no tenía pensado ver en realidad, pero después de ver los comentarios y los memes que circulaban sobre este anime, decidí darle chance.
La protagonista es una eritrocito, es decir, una célula sanguínea que se encarga de transportar el oxigeno al resto del cuerpo. En este anime todas las células están personificadas, así que los eritrocitos los vemos representados como carteros que deben transportar paquetes con oxígeno y nutrientes a los distintos domicilios y hacerles firmar una planilla a los residentes al entregarlo. Muy similar a como trabajan los carteros en la vida real, ¿no?
Los eritrocitos son muy trabajadores, pero la protagonista es muy torpe y se pierde con facilidad porque no sabe leer el mapa del cuerpo. Así, en vez de circular por las venas (representadas como calles en un barrio cualquiera) a veces trata de meterse por vasos linfáticos y otros lugares que no le corresponden. Pero por suerte no está sola. Cuando hay problemas su amigo leucocito siempre acude a ayudarla. Los leucocitos son células inmunitarias que se encargan de eliminar a los antígenos (o sea, virus y bacterias). Este leucocito amigo de la protagonista es uno de los trabajadores más responsables de todo el anime.
Los personajes no tienen nombre, son bastante genéricos y se los llama simplemente como eritrocito, leucocito, plaqueta, etc. Sin embargo están llenos de personalidad y protagonizan muchas escenas dramáticas. Por ejemplo hay un capítulo que trata de los linfocitos T en entrenamiento. Cuando recién comienzan a entrenar son unos debiluchos y no pueden matar ni una mosca, y se la pasan llorando por lo inútiles que son. Pero los mayores les hacen ver que ellos también fueron novatos alguna vez y que a todos les cuesta llegar a ser lo que son ahora, así que eso les da ánimos para seguir adelante.
A nivel de trama nos encontramos con capítulos autoconclusivos donde se deben resolver casos de enfermedades o síntomas, como fiebre o alergias. Normalmente las células del cuerpo pueden resolver estos casos por sí mismas, pero hay veces que necesitan ayuda externa. Por ejemplo en el capítulo de las alergias las células no pueden resolver nada, así que el “paciente” debió tomar un medicamento para resolver el problema, y se resuelve “como por arte de magia”. Si lo miramos desde el punto de vista de un escritor o un guionista, esto es lo que se conoce como “deus ex machina”, es decir, un recurso desesperado al que los guionistas inexpertos acuden cuando no saben cómo darle fin a la historia. En vez de buscar la forma de que los personajes puedan resolver el conflicto por sí mismos, un dios baja del cielo para resolver el problema de forma divina. Es como, por ejemplo, escribir una historia donde el protagonista está al borde de la muerte, y la historia termina con la frase “y todo fue un sueño, una horrible pesadilla, el protagonista despierta en su cama bañado en sudor”. Bueno, el caso es que algunos capítulos de este anime se resuelven con un deus ex machina, en este caso la “intervención divina” son los medicamentos que tiene que tomar el paciente para matar las bacterias que las células inmunitarias no pudieron. Si bien en una historia normal los deus ex machina son muy mal vistos, en Hataraku Saibou se pueden pasar por alto porque es la única forma de combatir ciertas enfermedades, y porque además en la vida real funciona así. Si bien para nosotros tiene lógica curarnos con medicamentos, para los pobres linfocitos ver una pastilla gigante que desciende del cielo de la que sale un robot que soluciona el problema disparando una ametralladora a quemarropa es toda una intervención divina.
Otra cosa que me gustó, si bien no hace a la trama, es el apartado visual. El cuerpo humano está representado como una gran metrópolis con innumerables edificios, calles laberínticas y oscuros recovecos. Casi todos los edificios y estructuras están enteramente hechos con una paleta de colores de tonos rojizos, ocres, marrones y amarillos. El cielo casi nunca se lo muestra, y las pocas en que aparece, es de un color marrón muy apagado. Al ser todo este lugar una representación del cuerpo humano, es lógico que el cielo no sea algo importante, porque todas las estructuras importantes (léase órganos, venas, etc) están situadas abajo, en la “tierra”. Además también muchas estructuras están hechas con ladrillo a la vista, esto supongo que para dar la sensación de que todas las estructuras son endebles y pueden ser destruidas por un ataque de bacterias, luego del cual deben ser reconstruidas ladrillo a ladrillo, y dejar las paredes sin revocar es prueba de ese proceso. Sea como sea, me gustó ese detalle.
Además también me gustó como están representados los órganos del cuerpo. Los pulmones, por ejemplo, son una serie de turbinas enormes que todo el tiempo están funcionando para expulsar el dióxido de carbono hacia afuera. El estómago es una especie de volcán en medio de una caverna de roca lleno de magma, que representa los jugos gástricos. Y el corazón es un inmenso templo budista en cuyo interior hay una campana y un taiko enormes que golpean rítmicamente a intervalos regulares, representando los latidos.
Para ir terminando, esta serie ofrece una propuesta que nunca se había visto hasta ahora. Un anime protagonizado por células del cuerpo humano personificadas y que deben combatir contra enfermedades, y lleno de situaciones cómicas. Y todo esto reforzado por una buena animación, una OST digna de una película de acción hollywoodense y un apartado artístico muy cuidado.
Pese a que hubo varios animes interesantes esta temporada, este es el que más me sorprendió y el que más me gustó. Además, por la popularidad y el éxito que tuvo es posible que se convierta en Anime of the Year. Y aunque no llegue a tener esta distinción, no deja de ser una propuesta original muy bien ejecutada. Por eso…
